jueves, 13 de febrero de 2025

CARTA PÚBLICA A LA NACIÓN: LA REPÚBLICA BAJO ATAQUE, GOLPE DE ESTADO EN EJECUCION.

 


A los ciudadanos de los Estados Unidos, a los guardianes de la ley, a los defensores de la Constitución:

Estamos en una hora oscura de nuestra historia. Lo que antes eran advertencias hoy son hechos consumados. Un golpe de Estado está en marcha, no con tanques ni tropas en las calles, sino con el desmantelamiento sistemático de los pilares de nuestra República.

Los signos de esta traición han estado frente a nosotros:

  • El 6 de enero de 2021, fuimos testigos de la violencia desatada contra el Congreso, un intento directo de sabotear la transición pacífica del poder, principio sagrado de nuestra nación. Fracasaron entonces, pero con la complicidad del Partido Republicano y el control institucional que han ido consolidando, han encontrado una nueva oportunidad, esta vez con aún más poder y sin resistencia interna. Ya no necesitan irrumpir en el Congreso; ahora erosionan la democracia desde dentro, socavando la autoridad de los tribunales, desmantelando las agencias de investigación y purgando a quienes no se sometan. Un gobierno que actúa con tal arbitrariedad y brutalidad distópica no es un gobierno que planee entregar el poder. Es un régimen que busca perpetuarse, que desprecia la voluntad popular y que, si no se le enfrenta ahora, consolidará una autocracia sin retorno.
  • El Proyecto 2025, disfrazado de plan de gobierno, es la herramienta con la que pretenden subvertir el sistema desde dentro, reemplazando servidores públicos con leales incondicionales y sometiendo las instituciones al control absoluto del Ejecutivo.
  • Jueces federales y fiscales están siendo atacados, no por corrupción o incompetencia, sino por el delito de hacer cumplir la ley. Ahora, desde el poder, se planea removerlos, intimidarlos y hacerlos irrelevantes. Más grave aún, el actual vicepresidente de la República, JD Vance, ha declarado abiertamente que no obedecerán órdenes judiciales contrarias a sus intereses, desafiando el principio fundamental de que nadie está por encima de la ley.
  • Las principales posiciones del país están siendo ocupadas por personas sin los méritos ni la preparación indispensables, poniendo en riesgo la seguridad y defensa de la nación en todos los ámbitos.
  • La política exterior de Estados Unidos, construida durante décadas para garantizar el equilibrio global y la seguridad nacional, ha sido traicionada en favor de los intereses de potencias adversarias como Rusia y China. Se ha debilitado el apoyo a la OTAN, desviado recursos críticos para la defensa de Europa y desprotegido a Ucrania frente a la agresión rusa. El liderazgo estadounidense está siendo socavado desde dentro, facilitando la expansión autoritaria y el nuevo orden multipolar que anhelan sus adversarios. Esta traición no es solo política, sino estratégica, y su precio será el declive del liderazgo de Estados Unidos en el mundo.

Estos actos no son aislados, sino parte de una estrategia clara para destruir los controles y equilibrios que han protegido nuestra democracia por más de dos siglos. Cuando el Ejecutivo desprecia el Poder Judicial, subyuga al Legislativo, ataca a las agencias de investigación y socava la integridad de las elecciones, el golpe de Estado ya está en marcha.

Durante años, desde las tarimas, la televisión y las redes sociales, han inoculado el veneno de la xenofobia, el racismo y el supremacismo. Han decretado la muerte de la decencia, la equidad, la solidaridad, la tolerancia y hasta de la simple humanidad. Pretenden reinterpretar la historia nacional y universal, acabar o reemplazar los valores más preciados de los estadounidenses, sembrar odios, dividir a la sociedad, y deformar los principios democráticos y republicanos. Se busca erradicar la libertad de pensamiento, la creatividad y la individualidad para sustituirlas por el culto a la personalidad y una ideología plagada de discriminación, populismo y demagogia.

"Es como si estuviéramos presenciando el fin de la Era de la Razón, donde la argumentación basada en pruebas es reemplazada por la manipulación y la desinformación, donde el conocimiento es desacreditado y el consenso científico es despreciado. La democracia, que depende de verdades compartidas, está en retroceso, mientras que la autocracia, que se sostiene sobre mentiras impuestas, avanza sin freno. Al mismo tiempo, el odio se propaga y los crímenes contra minorías étnicas se multiplican, recordándonos que la indiferencia solo fortalece a quienes buscan socavar la libertad y la justicia.” 


No podemos esperar a que la historia juzgue. ¡Es el momento de actuar!

Hacemos un llamado urgente a los gobernadores y legislaturas de los Estados, a las asociaciones de abogados, historiadores y profesores, a los líderes religiosos y cívicos, a las universidades, a los veteranos y oficiales de nuestras fuerzas armadas y de seguridad, a levantar la voz ahora.

Oponerse no es una opción, es un deber. No se trata de política, sino de la supervivencia de la República.

El destino de la República no recae en la indiferencia ni en la pasividad de sus ciudadanos, sino en su valentía para defenderla. La historia nos enseña que los grandes imperios no caen en un solo día, sino cuando su gente decide mirar hacia otro lado.

Como dijo Lincoln en Gettysburg: 'Esta nación, concebida en libertad y dedicada a la idea de que todos los hombres son creados iguales, no puede perecer mientras su pueblo luche por ella.'

Hoy, el combate no es con armas, sino con la verdad, la ley y la determinación inquebrantable de quienes rechazan el yugo de una posible tiranía.

Que nadie diga después que no fuimos advertidos. Que nadie diga que no hubo tiempo para actuar.

La República es nuestra responsabilidad, y su defensa, nuestro deber ineludible. No seamos testigos pasivos del fin de lo que generaciones construyeron con sacrificio. Seamos, como lo fueron antes otros patriotas, los guardianes de su supervivencia.

@tecnopolitiks 2/11/25


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